Cuando tenemos a un perro en casa durante cierto tiempo, y de pronto llega un bebé, se crea una situación complicada para los dueños y padres, debido a que se suele atender menos al perro, y se presta más atención al bebé.
Esto es un error muy grave porque el perro se dará cuenta de esa falta de atención y podría sentir celos del bebé. Los dueños del animal deben esforzarse por atender de igual manera a su mascota, y deben jugar con ella como lo hacían antes.
Otra de las cosas que aconsejan los expertos, es la de no darle muchos cariños delante del animal. Los perros son muy inteligentes y se dan cuenta de todos los cuidados que el bebé recibe, por lo que es imprescindible no mostrarse cariñosos con el bebé (al menos al principio para que no le coja celos).
Los perros acaban acostumbrándose a la llegada del bebé, aunque necesitan un tiempo de adaptación, de reconocimiento del nuevo miembro de la familia y también, acostumbrarse a convivir con él. Con paciencia, todos se acostumbrarán a la llegada del bebé.
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