Patas y Patas

En esta ocasión os voy a hablar desde la experiencia. Yo siempre he tenido perros desde pequeña. Me encantan los animales así que siempre estoy rodeada de todos los que puedo meter en casa y trato de enseñarles, educarles y quererles tanto como puedo.

Pero es cierto que, en ocasiones, los perros hacen cosas que no debieran, entrenados para ese fin, pero que puede suponer un problema. Hablo de los perros entrenados para guardar una casa. Cuando se entrenan bien los perros suelen desconfiar de los extraños y no dejan que nadie se acerque a la casa, llegando incluso a atacar.

Tampoco es que se comporten muy bien fuera de su territorio, tienden a gruñir y a abalanzarse a cualquier cosa que se les pone en su camino. Y es por ello que, en ocasiones, los perros necesitan llevar bozal, para que no hagan daño a nadie y no provoquen consecuencias no deseadas.

La utilización del bozal es algo que depende del dueño del animal. En mi caso no me gusta utilizarlo demasiado porque confío en mis perros y, al menos los que tengo ahora, no atacan si no se les da la orden, pero si he tenido perros a quienes había que colocarle bozal para llevarles al veterinario o sacarlos de casa (incluso había que esconderlos para que entraran personas a la casa (panadero, electricista, etc.)) a fin de que no lo viera y quisiera protegernos.

Seguramente, cuando vamos por la calle, en alguna ocasión hablemos visto perros con bozal, es una medida de protección que nunca está de más utilizarla.