Alaskan Malamute



En Alaska, es el encargado de tirar de los trineos, no en vano le apodan la "locomotora de las nieves".

Descripción del Alaskan Malamute
El Alaskan Malamute es el más grande de los perros de trineo, posee una presencia imponente por su complexión robusta y su porte orgulloso. El manto de pelo, espeso y esponjoso, enmarca una cabeza potente y una cara que recuerda a la del lobo, pero llena de dulzura. Los ojos, que siempre son marrones, transmiten serenidad e inteligencia.

Histora del Alaskan Malamute
El origen del Alaskan Malamute se remonta a tiempos muy antiguos y fueron los esquimales de una tribu llamada malhmut, que significa "hombres que viven en el sitio donde hay grandes olas", los primeros en adoptarlo y domesticarlo. Esta tribu se dedicaba a la pesca, y el trabajo de los perros consistía en remolcar pesadas barcas cargadas de peces a lo largo de la orilla.

Cuando los europeos llegaron a Alaska, supieron apreciar la gran capacidad de trabajo del Alaskan Malamute y lo utilizaron como porteador en las montañas, donde era capaz de transportar en su espalda ¡más de veinte kilos!

Utilidad del Alaskan Malamute
Hoy se ha adaptado a ser un excelente perro de compañía, muy apreciado en Canadá y Estados Unidos, pero no por ello ha renunciado a sus orígenes: sencillamente no es un perro hecho para la vida urbana.

Por esta razón el Alaskan Malamute es un perro ideal para los aficionados al campo y para los amantes de los deportes de invierno, pero está totalmente desaconsejado para las personas sedentarias o que deseen un perro de adorno y no estén dispuestos a satisfacer sus necesidades de aire libre y ejercicio. ¿Te imaginas un Alaskan Malamute encerrado en un pequeño apartamento, soportando el calor agobiante del verano en una gran ciudad? ¡Se moriría de tristeza!

Carácter del Alaskan Malamute
El Alaskan Malamute es un perro gregario, acostumbrado a tener muy cerca a sus compañeros de trineo y a seguir la autoridad de un líder, lo que hace que no sea perro de una sola persona. Por tanto su dueño deberá asumir el papel autoritario de "jefe de la manada".

Esto implica una educación firme pero nunca dura, ya que el Alaskan Malamute es muy sensible a las reprimendas fuertes. El adiestramiento debe comenzar desde pequeño para que el cachorro aprenda a canalizar sus abundantes energías y evitar así su tendencia a las trastadas.

Al Alaskan Malamute no le gusta estar solo, su carácter afectuoso y juguetón le lleva a reclamar tiempo y atención de sus dueños y si se aburre tiene la costumbre de ponerse a aullar. Con otros perros es sociable, pero demuestra cierta tendencia dominante.

Cuidados del Alaskan Malamute
Como herencia de su origen, al Alaskan Malamute le encantan el frío y la nieve y sufre con el calor: su abrigo de pieles no está hecho para las altas temperaturas. Por eso prefiere vivir fuera de casa.

Este perro es muy fuerte y resistente y suele disfrutar de una salud de hierro. El problema más significativo de esta raza es la displasia de cadera.

El Alaskan Malamute es un perro magnífico que se sentirá a sus anchas en el hogar adecuado. Pero si su futuro dueño sabe de antemano que no va a poder satisfacer sus necesidades de aire libre, ejercicio y cuidados, lo mejor es que piense en otra raza: pese a su aspecto irresistible el Alaskan Malamute no es un capricho. Las modas son pasajeras, pero un ejemplar sano de esta raza nos acompañará durante diez largos años y lo deseable es que lo haga en las mejores condiciones posibles.

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